"Cómo la gente te trata es su karma, cómo reaccionas, es el tuyo."
Wayne Dyer (1940-2015) psicólogo y escritor estadounidense
La manera en que reaccionas a cómo te tratan define en gran medida quién y cómo eres. Esta cita de Wayne Dyer probablemente nos resulte fácil de asir: ¿Cómo reacciono cuando me tratan mal? ¿De qué manera me comporto cuando me faltan el respeto, cruzan mis límites, me ignoran o agreden?
Sin lugar a duda hay mucho por explorar en este sentido, y seguramente nociones como la paciencia, la ecuanimidad, el «responder» en lugar de «reaccionar» o el «contar hasta diez» se presentan como alternativas válidas a una acción-reacción del mismo nivel frente al maltrato, con su consecuente impacto en nosotros y nuestras relaciones.
Sin embargo, hay algo que solemos explorar menos: ¿Cómo reacciono cuando me tratan bien? ¿De qué manera me comporto cuando recibo respeto, generosidad, me reconocen o apoyan?
La acción-reacción y sus consecuencias debido a una agresión o maltrato merece la misma atención que el karma que se genera cuando las acciones son positivas. La manera en que las recibimos y nuestra consiguiente respuesta ha de ser un componente importante en nuestra capacidad de desarrollarnos como personas.
¿Eres capaz de sinceramente conectar con la generosidad y responder de la misma manera? ¿Te tomas el tiempo necesario para, de corazón, agradecer por lo recibido? ¿Puedes detenerte un instante, respirar, y sentir ese espacio de abundancia, y aceptar que mereces recibirlo? En la mayoría de los casos, quien realiza una acción basada en profunda compasión, respeto y generosidad no espera nada a cambio, o quizá sí, pero en cualquier caso la forma en que respondemos a ella nos modifica a nosotros y a quien nos trata de esa manera.
Así como una acción negativa que genera una respuesta negativa da comienzo a un círculo vicioso de dolor, separación y sufrimiento; una acción bondadosa que recibe como respuesta profundo agradecimiento, cercanía y respeto produce un círculo virtuoso cuya capacidad de transformar tu ser, el de quienes te rodean, tu familia, sociedad y el mundo es inmensa.
Reaccionamos a la maldad, y damos la bondad por sentado. Generamos ciclos de sufrimiento y no nos detenemos lo suficiente en agradecer y retribuir. Hay mucho dolor y odio, pero también mucho amor, comprensión y generosidad a tu alrededor si te atreves a recibirlos.
Y cuando la compasión, reconocimiento, generosidad y bondad lleguen a ti, agradece con sinceridad, siente y reconoce la abundancia que te rodea aún en los momentos más difíciles, y no te detengas… Continúa el ciclo de karma positivo.
Sozan
Comparte este texto por WhatsApp
SUSCRIBETE A CAMINOS DE TRANSFORMACION
Tus datos están seguros. No serán compartidos con nadie fuera de nuestra organización.