"Lo perfecto es enemigo de lo bueno."
Voltaire (1694-1778) Escritor, historiador, filósofo y abogado francés
Al parecer, fue Voltaire a finales del 1700 quien dijo que «lo perfecto es enemigo de lo bueno». En realidad, escribió que «Lo mejor es enemigo de lo bueno.» (il meglio è nemico del bene) y lo citó como un antiguo proverbio italiano en 1770, y la frase se tradujo al español como «perfecto».
Pero no fue el único que lo hizo. Confucio dijo: «Más vale un diamante con un defecto que un guijarro sin él». Y, por supuesto, incluso Shakespeare tuvo algo que decir poéticamente expresando «Esforzándonos por mejorar, a menudo estropeamos lo que está bien».
Tiempo atrás leí sobre una anécdota que ilustra esta idea. Un profesor de cerámica anunció durante la primera clase que la mitad del grupo sería calificado durante el semestre en función de la calidad: sólo tenían que producir una gran pieza. Una, pero de gran calidad. La otra mitad de la clase se calificaría únicamente en función de la cantidad, y si llegaban a producir cincuenta piezas esto sería equivalente a un sobresaliente.
Al final del semestre, a diferencia de lo que todos esperaban, las obras de mayor calidad fueron producidas por el grupo que sería calificado por su “cantidad”. Este grupo había trabajado creativamente, probado cosas y aprendido de sus errores, mientras que el grupo de calidad se había estancado en su búsqueda de la perfección.
He descubierto que esta es la mejor forma de realmente aprender: probar cosas, equivocarse, intentarlo nuevamente, a veces parecer completamente inútil… y de esa manera desarrollarse y crecer. Mantenerse atentos, pero perder el miedo al error, a la vez que intentamos mantener vigente el esfuerzo y la curiosidad. Porque por supuesto, todos queremos ser exitosos y en ocasiones ansiamos la perfección. La idea detrás de esto no es la de rebajar nuestro nivel de exigencia ni de aceptar la dejadez, sino la de apuntar alto y explorar, experimentar, probar cosas. Y observar con curiosidad y menor grado de juicio crítico el resultado obtenido.
“Esforzándonos por mejorar, a menudo estropeamos lo que está bien”. Vivimos en una sociedad en donde hemos aprendido desde pequeños que lo único que importa es lo mejor, y medimos ese estado de “perfección” utilizando dudosas varas que nos proveen grupos interesados en que utilicemos su propia interpretación de lo que significa “lo mejor”.
¿Existe la perfección? En ocasiones la búsqueda de lo absoluto nos quita perspectiva, alejándonos a la vez de la posibilidad de ver lo bueno. O lo muy bueno… En las cosas, en nosotros y en los demás.
Quizá Confucio tenía razón. Somos diamantes imperfectos. Y eso… es bueno.
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