"Una de las reglas básicas del universo es que nada es perfecto. La perfección simplemente no existe… Sin imperfección, ni tú ni yo existiríamos."
Stephen Hawking (1942-2018) científico británico.
En Japón (y ahora en muchas otras partes del mundo) en ocasiones se hace referencia a un concepto sutil y profundo: el Wabi Sabi. Inicialmente el Wabi Sabi se comprendía como una forma de apreciación austera y restringida. Hoy, sin embargo, el término encapsula una aceptación más relajada de aquello transitorio, la naturaleza, y la belleza, dando cabida a lo imperfecto y lo incompleto en todo aquello que existe.
Y como el Wabi Sabi, así somos… bellamente transitorios, imperfectos e incompletos.
Que maravilla, pero qué difícil es aceptarlo. Ver lo transitorio, incompleto e imperfecto de la manera que lo expresa Stephen Hawking, como «Una de las reglas básicas del universo, y que sin ello, ni tú ni yo existiríamos» parecería ser posible sólo para seres iluminados.
Seguramente has escuchado hasta el hartazgo la frase «Amate a ti mismo y a los demás más allá de nuestras imperfecciones». Un gran consejo que de tan obvio se hace casi impracticable. Por supuesto, ¿quién no quiere ser feliz? ¿Quién no quiere amarse a sí mismo más allá de sus imperfecciones? Sin embargo, el juez interior trabaja sin pausa cuestionando esta premisa durante cada minuto en el que estamos despiertos.
Llegar a ser capaces de ver el Wabi Sabi de nuestras vidas es un proceso que lleva tiempo y dedicación, y que en sí mismo es imperfecto. Conectar con la capacidad del no juicio y aceptación (aclaración importante: aceptación no significa resignación) es un hermoso componente de un camino de transformación personal. La pregunta es cómo llegar a lograrlo.
No hay una sola vía ni una receta específica para poder ver lo transitorio, incompleto e imperfecto en nosotros mismos y en los demás con la mirada del Wabi Sabi. Sin embargo, hay algo que me ha sido muy útil en mi camino, y es el ver lo imperfecto como una oportunidad.
La imperfección puede ser una oportunidad de cambio, no para ser perfecto, sino para seguir evolucionando. Lo imperfecto puede ser una oportunidad de conectar con la vulnerabilidad y la humildad, de aceptar que necesitamos la ayuda de otros en este camino (y abrirse a recibirla). Lo imperfecto puede ser una excusa para reírnos de nosotros mismos por la excesiva seriedad con que a veces nos tomamos. Lo imperfecto puede ser una gran oportunidad de soltar el mandato de que hemos de ser exitosos en todo lo que hacemos.
Lo imperfecto puede ser una oportunidad de recordar que nada es perfecto… una de las reglas básicas del universo.
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