"Haz lo que puedas, con lo que tienes, allí donde estás."
Theodore Roosevelt (1858-1919) presidente de EEUU
En Japón existe un concepto que es fundamental en relación al camino del desarrollo personal: JINRIKI.
Jinriki significa «ejecución suprema» o «combustión total». La primera parte de este concepto, «Jin», se compone de cuatro diferentes aspectos que hacen referencia a la noción de totalidad: la «totalidad del mundo», «totalidad del saber», «totalidad del tiempo» y «totalidad de uno mismo». Jinriki significa entonces que para cada acción has de hacer la totalidad de lo posible, con la totalidad de lo que tienes. No dejar nada detrás. Entregarse por completo a aquello que se está haciendo en este momento, allí donde estás.
Esta idea de darlo todo, hasta en la acción más pequeña, no intenta hacer referencia a agotarse por completo y quedar exhaustos. No significa sobre-esforzarse al punto de saturación. Simplemente nos propone no ser mezquinos en la manera en que hacemos las cosas, sino hacer lo que hacemos de manera 100% presentes y 100% comprometidos.
Cuando lavo los platos, lavo los platos. Me entrego por completo a lavar los platos, Cuando oigo a alguien, cuando estudio, cuando como, cuando hago deporte… lo hago por completo, en su totalidad. Me consumo completamente en la acción. Nada más importa en ese momento, y hago todo lo que puedo, con todo lo que tengo, allí donde estoy.
Vivimos una vida muy fragmentada. Hacemos varias cosas a la vez, y en general tenemos el cuerpo en un lugar y la mente en otro (y el corazón en otro). Dejamos las cosas sin terminar, o las terminamos sin esforzarnos en completarlas bien. Estamos inmersos en un mundo de distracción, de atención dividida y de la acción parcial y superficial.
JINRIKI nos propone detenernos. Volver al eje. Una posibilidad de hacernos presentes y darlo todo en cada cosa que nos ocupa en este momento. De comprometernos con la vida desde un lugar de generosidad en la acción. No guardarnos nada, no escatimar una sección de nuestra voluntad, esfuerzo, intención y presencia en aquello que nos ocupa en este instante, allí donde estamos.
Cuando lavo los platos, lavo los platos. A fondo. Con cuidado. Con atención. Luego, hago lo que sigue… y lo que sigue, lo hago completamente. Sin dejar rastros de mi ego.
Vuelve pues a juntar los pedazos de tu atención. Practica con algo simple, como caminar (lavar los platos es para avanzados). Y disfruta de tu capacidad de darlo todo, allí donde estás, en cada paso que des.
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